miércoles, 5 de abril de 2017

Mujer preparada vale por dos! Mi botiquín natural.

Hola mimosas! Hoy os quiero enseñar un gran ejemplo de como la cosmética natural no son sólo cremitas para vernos más guapas, sino que nos podemos beneficiar de las plantas para curar distintas afecciones de la piel y el cuerpo. El secreto está en saber que plantas, combinación de ellas y proporciones hay que utilizar, según el resultado deseado y en eso Amapola Biocosmetics es experta.




Ya sabéis por otros post, que los productos de esta marca siempre me han gustado mucho, su crema de manos está dentro de mis favoritas! Esta marca nació en Segovia de la mano de Ana Isabel de Andrés, una apasionada de la naturaleza y de las plantas. Lo que más me gusta, es que respetan ``lo vivo´´ de las plantas, sus aceites y extractos. Formulan con pocos ingredientes y su secreto es saber como combinarlos.
Sin embargo hoy os quiero hablar de lo más nuevo que la marca a lanzado al mercado, su línea balsámica. Un completo conjunto de bálsamos que conforman un botiquín perfecto para nuestro hogar. Sobre todo si sois mamás y os preocupa lo que le ponéis en la piel a vuestro hijo. Los niños están siempre haciéndose heridas y dándose golpes, es parte de su aprendizaje no? Pero contar con esta ayuda en casa dará tranquilidad a más de una mamá.
En mi casa sólo hay un niño de 36 años al que le encanta jugar al futbol y me viene cada dos por tres, herido por algún lado. Así que él ha sido mi principal conejillo de indias en este caso ;)
La gama consta de 5 bálsamos, con textura mantecosa, que al contacto con el calor de la piel se derriten fácilmente, haciéndose un aceite. Al ser aceites vegetales 100% puros y de alta calidad, son absorbidos por la epidermis sin ninguna dificultad, por lo que no dejan una película grasosa que no se absorba nunca.
Yo he tenido el placer de poder usar 3 de los 5 y de ellos os hablaré a continuación pero también hay dos más que son:
Bálsamo de caléndula y miel: Con aceites de almendras dulces, caléndula, aguacate y manteca de karité, es perfecto para nutrir los labios agrietados y la zona de la nariz cuando nos resfriamos.
Bálsamo de hipérico: Este es perfecto para las pieles enrojecidas y quemadas. Porque la hierba de hipérico es antiséptica y cicatrizante a la vez que calma el enrojecimiento de la epidermis dañada. Este último tengo muchas ganas de probarlo y creo que para cuando empiece la temporada de playa y piscina no me va a faltar!
Pero vamos al lio, que os quiero contar sobre los 3 que ya he podido probar:
Bálsamo de árnica y enebro: Es el bálsamo indicado para dolores musculares y de articulaciones, una eficaz ayuda contra el dolor y la inflamación.
Su composición es a base de aceite de almendras dulces macerado en árnica, enebro y ulmaria. El aceite de árnica es antiinflamatorio, proporcionando un efecto calmante en la zona dolorida, al igual que los aceites de ulmaria y enebro que calman el dolor de la zona afectada.
También lleva aceite de aguacate, que favorece que la piel absorba los principios activos de las plantas de una forma rápida, permitiendo que los efectos se aprecien en pocos minutos.
Y se lo apliqué a `` mi niño´´ después de un fuerte golpe en la muñeca y sintió un alivio casi inmediato… y ya sabéis lo quejicas que pueden llegar a ser J
Bálsamo de menta y tomillo: Este es el que más ha llamado la atención, ¿ cuantas veces os puso vuestra madre el famoso Vicks Vaporub cuando no podíamos respirar bien por la noche? Pues este bálsamo de Amapola es la alternativa natural, y se nota! La menta y el tomillo despejan y desinfectan las vías respiratorias, permitiendo la respiración más fácilmente y permitiendo el descanso nocturno sin interrupciones.
Como el anterior, se basa en el aceite de almendras dulces, la manteca de karité, que le da esa consistencia mantecosa, cera de abeja, aceite esencial de lavanda que también ayuda a relajarnos, menta, tomillo y eucalipto. Sin duda una mezcla perfecta!
Bálsamo de caléndula: Este es el que creo que más voy a utilizar. Indicado para disminuir el enrojecimiento de las irritaciones cutáneas de cualquier tipo. Al tener la piel irritada todo lo que nos pongamos nos da miedo que escueza, pero este bálsamo es totalmente inocuo en ese sentido. Al contrario sientes la piel protegida gracias a sus aceites y mantecas.
A diferencia de los otros dos, su base es el aceite de oliva, aunque también tienen aceite de almendras dulces junto con aceite de sésamo, de caléndula, manteca de karité, cera de abeja, aceite esencial de lavanda y el aceite que más vitamina de E tiene en la naturaleza, el aceite de germen de trigo!
Este bálsamo es un 95.2 % ecológico y no lleva más ingredientes de los que os he nombrado. Como veis son formulación cortas y sencillas… justo lo que me gusta de la cosmética natural!
Este bálsamo de caléndula lo he usado para dos cosas y en ambos casos el resultado fue muy positivo. Para una quemadura muy fea que me hice cocinando con la bandeja del horno y para curar a mi chico una raspadura que se hizo en la pierna al caer al suelo de césped artificial cuando jugaba al futbol. Esperé un poco a ver si me salía ampolla y cuando vi que no me lo apliqué y mano de santo!
Desde luego estoy encantada con esta nueva línea balsámica de Amapola Biocosmetics. Formulaciones sencillas y efectivas… un buen resumen de lo que debería ser la cosmética natural, ¿no os parece mimosas?
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Mismimitoss.

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